No sé si culpar a estos cinco o seis días de lluvia que hemos pasado, pero el caso es que este Going to where the tea trees are (Tôt ou Tard/Green Ufos) me ha parecido un disco enorme. Influeciado, como él mismo reconoce, por los villancicos escandinavos, este sueco y su guitarra han conseguido hacer de la melodía un arte. Su álbum de debut recoge 12 canciones de arreglos estupendos y estribillos inteligentes. Pop sencillo que cala hondo al ritmo de las gotas sobre el parabrisas. Canciones, todas ellas con raíces folk, algunas más evocadoras como la propia Going to where the tea trees are o The story of impossible, con la dosis justa de falsete y silbidos de despedida; Global conspiracy, más percusiva o incluso con una base electrónica y un increíble crescendo emocional en la postrera The bell tolls five. Es difícil quedarse con un sólo corte, es un álbum realmente adictivo. En definitiva y, como me gusta decir, un disco redondo.
En Francia, país escogido para iniciar su distribución, ya se está abriendo camino. ¿Será que nuestros vecinos tienen mejor gusto? No lo creo.
Este trovador del siglo XXI ha compuesto la banda sonora ideal de un día de lluvia. Espérame Peter, voy contigo.
0 comentarios:
Publicar un comentario