Cuando la primera canción que oyes de un artista es un temazo como Utopia, quedas marcado para siempre. Eso es lo que me sucedió a mí con Goldfrapp allá por el año 2000. ¿Cómo ignorar entonces y a partir de ese momento todo lo que iba a ir sacando el duo británico formado por Alison Goldfrapp y Will Gregory?
En esta ocasión hemos de hablar de su último trabajo que, aunque no se publique hasta el próximo 25 de febrero ya se puede encontrar en la red. Tras las primeras escuchas, Seventh Tree supone una vuelta a la línea marcada por trabajos como Felt Mountain y una ruptura con sus dos últimos álbumes electroclash y algo más comerciales. Con un tinte más experimental, Goldfrapp se muestra más maduro que nunca, aparcando por completo la livianidad lúdico-festiva de los temas del Supernature.
Clowns, el tema que abre el disco es ya una declaración de intenciones en cuanto a los cambios que entraña Seventn Tree y es que se trata de un tema extrañamente folk con una Alison inconmensurable. Con Little Bird vuelven a jugar con las atmósferas como en tiempos del Felt Mountain, recordando en numerosas ocasiones más al minimalismo sonoro y triphopero de Portishead que al electro al que últimamente nos tenían acostumbrados. Happiness podría ser de las pocas canciones que podría encajar en el Black Cherry, y aún así es todo menos música bailable. Unos cortes más adelante aparece el que será primer single del disco, A&E, un tema que engancha y gana enteros a medida que aumentan el número de las escuchas. Como colofón, Goldfrapp nos ofrece algunos temas que recuerdan al french touch de grupos en la línea de Air con canciones como Cologne Cerrone Houdini.
Tras escuchar Seventh Tree y descubrir el nuevo rumbo que toma el sonido Goldfrapp, sólo me queda decir que VUELVO a creer en la UTOPÍA.
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